lunes, 25 de febrero de 2013

Demostración acerca de las transliteraciones

Hace un par de años escribí un "esquema para la reconstrucción de la pronunciación del griego" que jerarquizaba los testimonios y exponía las diferentes teorías desde donde abordarlos. Es un mero esbozo sin desarrollo teórico:

Esquema para la reconstrucción de la pronunciación del griego

Lugar: Atenas
Época: siglo V a.C. (500-401 a.C.)

Fuentes

1)      Inscripciones y papiros
2)      Testimonios de gramáticos: antiguos y contemporáneos
3)      Onomatopeyas y juegos de palabras
4)      Transliteraciones desde o hacia otros idiomas (principalmente latín)

Teorías

  • Historia de la lengua
    • Etimología (y lingüística comparativa)
    • Dialectología
  • Lingüística (considerada diacrónicamente y sincrónicamente)
    • Fonología
    • Fonética
    • Grafémica
    • Ortología (ortofonía)
    • Ortografía
    • Lexicología
    • Morfología
    • Sintaxis
    • Semántica
  • Filología
  • Historia / Arqueología

Punto de referencia: lengua griega moderna ateniense (2013 d.C.)

Según esto, el testimonio más fidedigno para conocer (hasta cierto punto) la pronunciación de un idioma como el griego antiguo (y siempre tomando como base el griego en su forma actual) son las inscripciones y los papiros. Esto lo dijimos en el post anterior.

Ahora bien, existen otros testimonios que revisten un carácter secundario: las transliteraciones, las onomatopeyas (o las palabras que remiten a tales) y los comentarios de los gramáticos. Los últimos son importantísimos pero se impone una labor hermenéutica que puede dirigirse tanto a tomar el criterio de los erasmistas o a los neo-erasmistas como el criterio de los partidarios de la pronunciación histórica. Sin embargo, muchas dificultades de interpretación se subsanan tomando como base la pronunciación del griego actual.

Las transliteraciones del griego a otros idiomas (o de otros idiomas al griego), así como las onomatopeyas o las palabras cuya morfología está constituida onomatopéyicamente, suelen ser, por lo general, los argumentos de muchos neo-erasmistas (sería mejor usar el término "teóricos reconstructivistas" o "erasmistas sofisticados", para no darles innecesariamente un carácter de secta). Se me ocurre pensar en el concienzudo trabajo de William Sidney Allen, "Vox Graeca". Su persistencia a ceñirse al modelo propuesto por los teóricos reconstructivistas hace que no tome en cuenta tanto los errores en las inscripciones y la pronunciación actual del griego como las transliteraciones, especialmente del griego al latín y viceversa, y el ya consabido "argumento de Cratino", según el cual la pronunciación de H es similar a la de E porque, en el fragmento 43.1 del cómico Cratino, aparece la onomatopeya del balido de las ovejas con H:

ὁ δ' ἠλίθιος ὥσπερ πρόβατον βῆ βῆ λέγων βαδίζει.

Traducción: Y el insensato marcha, diciendo como una oveja, BH BH.

Este fragmento fue objeto de numerosas controversias sobre la pronunciación de la H. Pero no hablaremos de esto aquí; no hoy, al menos.

Hoy vamos a hablar de las transliteraciones del griego al latín y del latín al griego. Lo que sostendré aquí es que muchas de las deducciones que se hacen en favor de la pronunciación de la H griega como E provienen de una mala interpretación de la fonética del latín.

Es necesario remarcar que esta fuente es de índole totalmente secundaria y su capacidad de aportar datos fidedignos es mucho menor que la de las inscripciones o los papiros. Pero tal vez ayude a disipar malentendidos.

Lo demostraré del siguiente modo.

Teoría 1.

1. A. La ITA (sonido largo según Dionisio de Tracia al menos) sonaba como una IOTA (sonido que podía ser largo o breve según Dionisio de Tracia al menos).

H = IOTA (“LARGA”).

Aquí nos estamos basando meramente en la pronunciación del griego actual (Wilhelm Brandenstein, en su "Lingúística griega" confirma esta similitud desde el siglo IV a. C., aunque Caragounis la sitúa ya en el siglo V a. C.)

1. B. La ITA (sonido largo según Dionisio de Tracia al menos), al menos a partir de que los griegos escriben acerca de los romanos, sonaba como una I larga latina.

H = I LARGA

Prueba.
Transliteración del griego al latín: muchas palabras griegas son transliteradas con frecuencia a favor del itacismo. Así, eleison, ephimerus por ἐλέησον, ἐφήμερος.

Transliteración del latín al griego: En una búsqueda realizada en el TLG (Versión E), la palabra Scipio se encuentra en 80 ocasiones (algunas en Plutarco) transliterada como Σκηπίων.

1.A.A: La I larga latina y la IOTA (por lo menos considerada como larga) suenan iguales.

IOTA (“LARGA”) = I LARGA

Prueba.

Transliteración del latín al griego: La palabra Scipio suele transliterarse como Σκιπίων.

Corolario de Teoría 1 B y de 1.A.A:

Del latín al griego: Si a partir de la transliteración de una misma letra I nos confundimos si poner ITA o IOTA, entonces ITA e IOTA sonaban igual. Lo cual constituye una prueba de Teoría 1 A.

Posibles falsadores.

Del griego al latín: Θουκυδίδης es transliterado como Thucydides.

Según esto: la ITA sonaría como una E larga latina, y no como una I larga latina.

Esto nos lleva a elaborar la:

Teoría 2.

2. A. La E larga latina sonaba, POR LO MENOS, aproximadamente igual a una ITA (sonido de la teoría 1).

Con esto explicaríamos el falsador de la teoría 1.

Prueba.

Del latín al griego: La palabra Lucretius suele transliterarse como Λουκρήτιος (se registra en 83 ocasiones, realizando una búsqueda en el TLG E).

Del latín al griego: Cornelius es transliterado como Κορνήλιος. No se hallaron errores.

Por deducción:

2. A. A. E LARGA al menos ≅ IOTA (“LARGA”)

2. A. B. E LARGA al menos ≅ I LARGA

Prueba de 2.A.A.

Transliteración del griego al latín: La palabra Lucretius es transliterada en 8 ocasiones como Λουκρίτιος en el TLG E.

Corolario de Teoría 2 A y de 2.A.A:

Probamos nuevamente Teoría 1 A (ITA = IOTA) porque, si a partir de la transliteración de una misma letra E nos confundimos si poner ITA o IOTA, entonces ITA e IOTA sonaban igual.

Prueba de 2.A.B:

La confusión entre E larga e I larga latinas es muy, muy, clara. Abundan los ejemplos. Mencionaré algunos.

El acusativo plural de la 3º declinación es en -is o en -es (vieja forma de los parisílabos: -eis (diptongo)). Nada se dice de los imparisílabos. Lo cual podría dar a entender una confusión entre E LARGA e I LARGA.

Phileteus/Philiteus; riciniatus/reciniatus; detuli/ditul- (CIL 10.2752, citado en Oxford Latin Dictionary); deverbium/diverbium; designator/dissignator, derigesco/dirigesco (en manuscritos, citado en Oxford Latin Dictionary), dilibutus/delibutus; Diomedeus/Diomedius

P(ublius) Cornilius(!) P(ubli) l(ibertus) / Diphilus / Castlosaic CIL II 3294 (p 949) = CILA III, 128

Pompeia (adjetivo femenino de Pompe-i-us) se lo translitera con ITA IOTA (no diptongado; sonido doble I) o con EPSILON IOTA (diptongado, es decir, sonido I).

Caes 10.8.2 to Caes 10.8.2 Πομπηία (con diéresis entre H e I, o sea, no diptongado)

Otros ejemplos: devulsi, devulsus/divulsi, divulsus; deversus/diversus; devello/divello.

Si fuera como los erasmistas dicen, ¿por qué Lucretius no era transliterado por Λουκρέτιος??

Esto nos lleva a refutar algunas de las observaciones que W. S. Allen realiza en su Vox Latina. Allen ha publicado primero en 1965 su Vox Latina y en 1968 su Vox Graeca. En Vox Latina Allen sostiene que la E larga del latín se acerca mucho a la I breve, pero que difiere claramente de la I larga. Pero esta afirmación, salvo la referencia a Terentianus Maurus, no es justificada, ni con inscripciones, ni nada. La historia de la lengua latina, en lo que hace al intercambio ¿cualitativo? fonético de E larga a I larga, nos dice lo contrario.

Lindsay (1963, The Latin Language, pp. 22 y 29-30) justifica las confusiones ortográficas de E larga e I larga latinas como confusiones que pueden ser "una pronunciación de I por E", "inscripciones dialectales" o "meros errores", y dice que no es fácil de decidir cuáles de estas confusiones representan un grupo u otro. Ahora bien, si las confusiones se debían a querer utilizar la etimología correcta de la palabra o querer utilizar el prefijo correcto (por ejemplo, de- por dis-), había una confusión fonética que sería subsanada por el examen concienzudo sobre el dialecto o sobre la etimología de la palabra en cuestión. El propio Lindsay lo dice en p. 225: "The spellings Cornilius, Aurilius prove the affinity of Latin E (larga) with an i-sound before a syllable with y".

Con esto podemos observar que el testimonio de las transliteraciones no es tan fidedigno como parecería a algunos neo-erasmistas. Y que el problema no se halla tanto en la fonética griega como en la fonética histórica latina.

Fin de la demostración.

martes, 19 de febrero de 2013

Material en preparación

Μέγα χαίρετε πᾶσι,

He estado un tiempo sin postear nada. Explicaré los motivos y pediré, al mismo tiempo, un poco de paciencia.

En primer lugar, me encuentro estudiando materias de la universidad y trabajando en mi proyecto de beca (que devendrá en mi tesis de licenciatura). Eso me ha quitado tiempo para dedicarme al blog, aunque tengo mucho material para postear, no lo hecho para no defraudar a mis lectores con información incompleta.

Y en segundo lugar, dedico lo que me queda del día a investigar la tan discutida cuestión de la pronunciación del griego clásico. Es una cuestión que reviste interés e importancia por demás, puesto que la forma en que leamos el griego influirá en la forma en que nosotros, como docentes, transmitimos la lengua y la cultura a las generaciones venideras.

Antes de "pronunciarme" en esta cuestión, declararé algunos de mis principios:

1. Como he dicho varias veces, la lengua y la cultura griegas poseen actualidad y continuidad histórica. En esto me aparto de la visión "clásica" que frecuentemente ostentan quienes se dedican a los estudios clásicos, y me acerco (o eso intento) a la visión "griega" (quiero decir, a una visión que tome contacto con la cultura a estudiar en su interioridad). Queda claro que hoy en día se habla griego en Grecia y en otros países aledaños, como Italia y Turquía (y fragmentado en distintos dialectos), y existe una pronunciación del griego. Y es necesario destacar que, como sucede con la H en el dialecto póntico, la pronunciación de algunas letras difiere del griego moderno estándar.

2. No hay un criterio absolutamente cierto para determinar cuál fue la pronunciación del griego en Atenas. Para ello sería necesaria una grabación sonora de un ateniense de aquella época. El testimonio que reviste menos desconfianza son los errores de ortografía en las inscripciones y en los papiros (los más antiguos conocidos). Pero esto no implica que debamos basarnos en transliteraciones del latín o de otras lenguas, y mucho menos, creo, basarnos en la plausible, pero discutible, reconstrucción llamada proto-indoeuropeo. Por el contrario, la base fundamental debe ser la pronunciación y la escritura actual del griego.

En estos dos puntos me acerco a los defensores de la Pronunciación Histórica del Griego, según creo. Merece la pena la lectura concienzuda y desprejuiciada del artículo "The error of Erasmus and the Un-Greek pronunciations of Greek" escrito por el Dr. Chrys Caragounis en la revista Filologia Neotestamentaria.

3. Ahora bien, el hecho de permitirme dudar acerca del valor fonético que algunas letras tuvieron en la Atenas del s. V a. C. no implica que sea un erasmista o un neo-erasmista, ni tampoco implica quitarle continuidad a la lengua y a la cultura griegas. Pretendo la mayor fidelidad posible a la hora de adoptar una pronunciación. Y esto se logra, a mi juicio, cuando cotejamos las distintas inscripciones y los papiros. Además, el hecho de que el griego micénico se haya podido descifrar en parte gracias a considerar como E lo que después pasó a ser H, debe hacernos ruido.

4. ¿Por qué me permito dudar? Simplemente porque hago una traspolación de lo que pasó con el latín, lengua cuyos cambios fonéticos y fonológicos fueron tan variados y múltiples que dio origen a diversas lenguas hijas. No ha ocurrido esto con el griego, no. Sin duda que no. El cuidado que han puesto los griegos en la conservación de su lengua no lo han puesto los hablantes del latín. Pero es inevitable pensar que ha debido haber cambios. Y no pienso esto porque soy un mero desconfiado. Lo pienso porque, al cotejar la evidencia factual (inscripciones, especialmente), encuentro que ciertas cuestiones me dejan dubitativo.

Daré un ejemplo concreto.

El profesor Chrys Caragounis menciona en su artículo que las inscripciones áticas, desde inicios del siglo VI a. C., se utilizaba la grafía E para E, para EI y para H. Después de la mitad del siglo V a. C. (450 a. C. aprox.), H y Ω fueron tomadas como letras reales. De modo que entre el 450 y el 300 a. C. hay una confusión de E con EI y viceversa, de E con H y viceversa, de EI con H y de EI con HI. Posteriormente, Caragounis, luego de enunciar los criterios a utilizar para la reconstrucción de la pronunciación de la lengua griega, toma el sonido de ι actual como base. Y así, EI comenzó a confundirse con I desde los siglos VI-V a. C., EI con H, y H con I.

De modo que para el año 403 a. C., que es el de la adopción del alfabeto, había cinco confusiones:

E-EI
E-H
EI-H
EI-I
H-I

Sin embargo, ¡no conozco (la bibliografía que he leído hasta ahora no la menciona, pero puede que encuentre alguna que me haga cambiar de opinión) confusión de I con E! Lo cual hace pensar que estos dos sonidos eran efectivamente distintos. O sea que hay:

E
                        confundidas con H, EI (estos dos últimos también confundidos entre sí)
I

Todo lo cual hace pensar que H y EI representaban sonidos que, o bien estaban en un nivel intermedio entre E e I, o bien se podían pronunciar de ambas maneras. No puede admitirse que los errores con E se debían a conservadurismo ortográfico, porque en ese caso debió haber una escritura con E donde debió haber una I. Como esto no se registra (hasta donde mi humilde conocimiento llega) en ningún periodo histórico, y si tomamos como base las pronunciaciones actuales de estas dos letras, está claro que la E y la I representaban sonidos distintos.

E representaba EI y H también (la última a partir del 450). EI era el alargamiento compensatorio y H era el alargamiento "natural". En un momento se vinculan con E solamente, luego alternativamente con las dos letras y finalmente con I.

Saúl Tovar menciona en su "Biografía de la lengua griega" que lo más probable es que haya habido etacismo e itacismo al mismo tiempo. Pero, según el testimonio de Platón en el Cratilo, el itacismo era más antiguo que el etacismo. Sven-Tage Teodorsson refuta la afirmación platónica en pos de la coherencia con lo que han logrado las teorías fonéticas que parten de la reconstrucción del proto-indoeuropeo (por ejemplo la de Eugène Fleury o de Michel Lejeune). Estas teorías derivan el sonido de H a partir de una A larga que en algunos dialectos (como el dórico o el eólico) quedó, pero no así en ático y en jónico que pasó a ser H (excepto ante P, I y E en ático). Sin embargo el desciframiento del lineal B llevado a cabo por Michael Ventris y John Chadwick en 1953 debe ser tenido en cuenta en esta cuestión. (Estoy intentando conseguir el libro de Michel Lejeune de 1972, en el que éste intenta combinar la teoría fonética de ese momento con el nuevo hallazgo).

En fin, la cuestión sobre la pronunciación abre un debate que seguiré en posts venideros. Pero inicialmente sostengo que para enseñar cualquier material escrito en ático del siglo V a. C., y cualquier material posterior, debe utilizarse la pronunciación histórica o pronunciación nacional, es decir, la pronunciación que los griegos actuales utilizan. Así no correremos el riesgo de dividir al griego en dos lenguas distintas (antiguo y moderno) y mostraremos la continuidad de la lengua griega, que como sostiene Saúl Tovar, es una "unidad polimorfe".

Debo seguir leyendo, de todas maneras. Lo sé. Ya haré una exposición más completa de esto.

Cuando me reciba, este blog resurgirá como el Ave Fénix y revisará todo lo establecido. De momento estoy abierto a los comentarios de mis visitantes, siempre bienvenidos.