lunes, 21 de mayo de 2012

Cursos de Arqueología en la Magna Grecia - Experiencia personal

El 4 de mayo de 2012, el pintor italiano Luigi Gallo realizó una muestra de dibujos llamada "Transmigrazione - Diari de Viaggio" ("Transmigración - Diarios de Viaje") en la Casa de la Cultura de Bahía Blanca (Argentina).

Once días después (el 15 de mayo), el artista (auspiciado por el Consulado General de Italia en Bahía Blanca, el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca y la Asociación "Il David") inauguró, en las instalaciones del Puerto de Bahía Blanca, un mural que reproduce el "Dragón de Caulonia". 

El "Dragón de Caulonia", datado en el siglo III a.C., fue encontrado en el umbral del comedor de una casa en el sitio de la antigua Kaulon, hoy conocida como Monasterace Marina (Reggio Calabria-Italia). es el mosaico más antiguo hallado en el territorio conocido como Magna Grecia, es decir, la parte sur de Italia que fue considerada territorio helénico desde fines del siglo VIII a.C. Para darnos una idea de la importancia que reviste la dominación griega de ese territorio, hemos de saber, por ejemplo, que de la Magna Grecia proceden los filósofos eleatas (llamados así por su lugar de proveniencia, Elea): Parménides y Zenón.

Todo lo cual no es casual porque el puerto de Bahía Blanca contiene grandes contingentes de marineros e inmigrantes griegos e italianos provenientes de la Magna Grecia, siendo el griego una lengua muy hablada (nótese que hoy en día continúan hablándose, en el sur de Italia, dos dialectos llamados grecánico y grico, lenguas grecocalabresas). 

La ceremonia de inauguración, asimismo, fue presenciada por el adjunto científico de la Embajada de Italia en Buenos Aires, Dr. Gabriele Paparo, y la arqueóloga Dra. Maria Teresa Iannelli, quien vino de Italia sólo para presenciar el evento.

Con el auspicio de la cátedra Historia Antigua II de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), cuyo titular en este momento es el Dr. Mario Ritacco, destacadísimo difusor de la cultura griega y de su arqueología (en todas sus épocas históricas: desde la micénica hasta la actual) en Bahía Blanca (a nivel internacional), y del Depto. de Humanidades de dicha universidad, la arqueóloga Iannelli también realizó dos breves cursos: el primero fue la Arqueología Submarina de la Magna Grecia, dictado en la Casa de la Cultura de Bahía Blanca, y el segundo fue la Arqueología de la Magna Grecia: Calabria, dictado en el Departamento de Humanidades de la UNS (las conferencias fueron dadas en italiano, y dado que, a pesar de tener la ciudadanía, no soy ducho en esta lengua, he contado con la invaluable ayuda de mi novia Lucía para las palabras difíciles, que enseña italiano en la Asociación Dante Alighieri; a ella, gracias de corazón).

Al respecto tengo varias cosas que decir. Primeramente, celebro el contacto entre el Consulado General de Italia, la Embajada y estas personalidades de renombre que tanto difunden la cultura griega, ya que la Magna Grecia es un territorio que queda siempre un poco relegado a la hora de hablar sobre el mundo helénico. Es importante contar también con el apoyo de autoridades estatales de Italia para continuar investigando arqueológicamente esas zonas.

Segundo, celebro la iniciativa conjunta de la UNS (cuya Secretaria de Investigación es nada menos que la Dra. Lidia Gambon, titular de la cátedra de Literatura Griega y asistente de la cátedra Lengua y Cultura Griega II; asimismo lo fue de la cátedra Lengua y Cultura Griega I, por lo que sé lo honorable que es trabajar con ella) y el Consulado, asimismo la de la propia Dra. Iannelli, de renombre internacional, para difundir el amor por la cultura griega y también por la arqueología, disciplina que en esta ciudad se ha abocado a la tierra natal, sin mucha proyección al exterior, salvo por personalidades como la del Dr. Ritacco, quien ha trabajado en importantes excavaciones como las de Troya, Micenas, Atenas, entre otras. Personalmente, me considero un tanto foráneo respecto de la arqueología (tal vez, por no estudiar Historia), pero gracias a él he ido aprendiendo a amarla, llegando incluso a interesarme por la cuestión de la arqueología epigráfica griega y su relación con la dialectología y la tan buscada pero definitivamente inalcanzable pronunciación del griego clásico, aunque no tengo instrucción formal en la arqueología en sí.

Tercero, creo que es la oportunidad para brindar un cálido y público homenaje al Dr. Ritacco. No sólo por la calidez y accesibilidad en la persona (cosa rara siendo un arqueólogo de tanto prestigio para nuestra universidad y para nuestra ciudad, nuestro país e incluso nuestro continente americano, me atrevo a decir) sino también por todo lo que representa para la cultura griega (antigua, medieval y moderna) en Bahía Blanca, en Argentina y en Latinoamérica.

El Dr. Ritacco dicta cursos de Griego Moderno en la Universidad del Sur, en la forma de Lectorado. Es la única universidad de Latinoamérica en tener este privilegio. Al menos una vez al año realiza viajes a Grecia junto con sus alumnos, mediante un convenio con la Fundación Onassis y con la Universidad de Atenas, para conocer el país, la cultura y la gente. Mi sueño personal, por cierto, es poder asistir a un curso de griego en Atenas. Pero no sólo eso: el Dr. Ritacco realiza eventos como éstos, que difunden el amor por la arqueología en Grecia (ha dictado cursos sobre Arqueología en Bizancio, en Micenas y en Atenas), y se mantiene en vivo contacto con los inmigrantes griegos, especialmente del puerto, donde ha pasado parte de su juventud. Tal es así que a los 14 años podía leer la Ilíada y la Odisea en griego, una hazaña que, para mí, a mis 24, me resulta increíble. Es un grandísimo conocedor (y esto gracias, en parte, a sus propios maestros, arqueólogos griegos muy prestigiosos) de la historia y de la geografía griegas, así como de la cultura helénica actual. He escuchado con mis propios oídos sus extensas, muy abigarradas y muy detalladas (pero no por eso desagradables) descripciones y relatos acerca de estos tópicos, y les aseguro que se puede estar dieciséis horas al día escuchándolo. Tal como los aedos griegos. Sí, él me recuerda esas palabras de Néstor de Ilíada 11.655-803; tan largos podrían ser sus discursos sobre la Hélade.

Un día recuerdo que le habían rechazado su tesis doctoral en la Universidad de Atenas porque estaba en inglés. Entonces la escribió, sin muchas complicaciones, en griego. Su tesis, por supuesto, es sobre arqueología micénica.

Yo sostengo sobre él que, justamente por esta posibilidad que tiene de ver la cultura griega en su conjunto, se parece más a los profesores griegos que a los profesores occidentales (franceses, ingleses, alemanes, etc.), que, por especializarse en una rama o por valorar lo propiamente clásico, se quedan en esa visión, sin poder establecer una continuidad, e influenciando a los demás profesores esa visión. Aquí estamos demasiado influenciados por una visión occidentalista de lo clásico, por esa mediación de intérpretes norteamericanos, alemanes, ingleses... 

A mi juicio personal, "las clásicas" están rodeadas de "occidentalistas", o, si se quiere, "renacentistas". Quiero decir, gente que valora la cultura griega únicamente como la precuela de la sociedad occidental. Y debo decir que esa visión, si bien es hasta cierto punto acertada, es sesgada. Creo que hacen falta hombres que valoren la cultura griega, además, en su misma interioridad, en lo propio que ésta tiene y que puede ofrecer al mundo, no ya colocada en el panteón de lo muerto, de lo "clásico", de lo marmolado, sino más bien puesta a la par de un sinfín de culturas que hacen, de manera subyacente, a lo que consideramos "humanidad". De esa manera podemos considerar a cada cultura humana como algo vivo, no como algo petrificado que se queda en un puñado de papiros medio estrujados y unas piedras rotas. Es más, creo que la arqueología, como disciplina, contribuye a ofrecer esta visión de cada cultura humana. 

No me parece tan mal que un foráneo interprete la cultura propia. Pero debemos ser conscientes de que tenemos que dejar que los griegos hablen por sí mismos de su cultura. Lamentablemente las interpretaciones griegas de lo griego no son las obras más difundidas: libros como los de Chrys Caragounis (o como los de Saúl Antonio Tovar) se pierden, al menos por lo que puedo ver, en el mar del Internet a causa de las leyes de copyright que tanto daño hacen, en el ámbito digital, a la difusión del conocimiento.

La cultura griega, si bien es muy antigua, permanece viva, y no con un fuego tenue sino con uno, justamente, vivaz. Esa visión es la que falta en el ámbito de las clásicas, una visión más "griega" de lo "griego" (de aquí que los estudios bizantinos no se hayan difundido mucho en nuestro país, con raras excepciones entre las que se encuentra el mencionado Saúl Tovar, por ejemplo). 

No me imagino lo que puede ser para alguien desenterrar, con sus propias manos, un ánfora o una crátera griega. Estoy seguro de que debe sentirse un calor milenario, transportándose a ese tiempo tan remoto. Si no, ¿cómo podría el Dr. Ritacco hablar, con una inspiración homérica, casi "música", desbordada de datos y palabras, de los paisajes de Grecia, de sus calles, de su ágora, de sus puertas, de sus murallas, de sus tumbas, de sus vasos, de sus cráteras, de sus ánforas...?

Creo que hay que comparar al Dr. Ritacco con personalidades como Saúl Tovar. Representa, en efecto, esos valores de los que acabo de hablar, porque, más allá de todo su esplendor como arqueólogo y como historiador de lo antiguo, está compenetrado de lleno con la cultura griega, en todas sus épocas, en todas sus manifestaciones. 

Creo que una persona con tantas ansias de difundir el amor por la historia, la arqueología y la cultura griega, necesariamente es un gran ser humano, porque quiere que lo que ama se muestre, se dé a conocer y no se pierda en estúpidas disputas por poder político. Además siempre me sorprende su humildad y su buena predisposición a hablar conmigo o con cualquier alumno de sus clases. Profesa ese amor por lo que hace y eso se nota mucho, y encima sabe darle el rigor científico que sólo la arqueología puede ofrecer a la interpretación histórica (y me atrevo a decir que puede ofrecerlo a la interpretación filológica y hasta a la filosófica). 

Una gran personalidad, sin duda a nivel latinoamericano, que a veces, en tierra propia, no se la tiene en cuenta como se merece. Debería ser un orgullo para la Universidad del Sur contar con semejante cerebro, y debería haber más profesores como él diseminados por las materias de nuestras queridas disciplinas humanísticas. A él, pues, mi homenaje, esperando ser como él en este sentido.

Debo agregar, además, que el Dr. Ritacco, gracias a las observaciones que ha hecho sobre la enseñanza del griego clásico, me ha sacado las ojeras del método deductivo de gramática-traducción y me ha posibilitado vislumbrar nuevas perspectivas en la enseñanza de lenguas, no sólo la griega clásica. 

A él y al Prof. Santiago Carbonell, de la Universidad de Alicante (cuyo blog recomiendo sobremanera), les debo el padrinazgo de este blog.

Adjunto a los lectores una nota en el diario La Nueva Provincia (Bahía Blanca, Argentina) del 18 de noviembre de 2007, para que conozcan un poco más sobre la vida, la personalidad y la trayectoria de este eximio investigador y docente: http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/nc/18/11/2007/7bi133.html. También adjunto esta nota sobre su Lectorado de Griego Moderno, con fecha 7 de mayo de 2003: http://noticias.universia.com.ar/en-portada/noticia/2003/05/07/380004/lectorado-griego-moderno-uns.html.

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