Esquema para la reconstrucción de la pronunciación del griego
Lugar: Atenas
Época: siglo V a.C. (500-401 a .C.)
Fuentes
1)
Inscripciones y papiros
2)
Testimonios de gramáticos: antiguos y contemporáneos
3)
Onomatopeyas y juegos de palabras
4)
Transliteraciones desde o hacia otros idiomas
(principalmente latín)
Teorías
- Historia de la lengua
- Etimología (y lingüística comparativa)
- Dialectología
- Lingüística (considerada diacrónicamente y sincrónicamente)
- Fonología
- Fonética
- Grafémica
- Ortología (ortofonía)
- Ortografía
- Lexicología
- Morfología
- Sintaxis
- Semántica
- Filología
- Historia / Arqueología
Punto de referencia: lengua griega moderna ateniense (2013 d.C.)
Según esto, el testimonio más fidedigno para conocer (hasta cierto punto) la pronunciación de un idioma como el griego antiguo (y siempre tomando como base el griego en su forma actual) son las inscripciones y los papiros. Esto lo dijimos en el post anterior.
Ahora bien, existen otros testimonios que revisten un carácter secundario: las transliteraciones, las onomatopeyas (o las palabras que remiten a tales) y los comentarios de los gramáticos. Los últimos son importantísimos pero se impone una labor hermenéutica que puede dirigirse tanto a tomar el criterio de los erasmistas o a los neo-erasmistas como el criterio de los partidarios de la pronunciación histórica. Sin embargo, muchas dificultades de interpretación se subsanan tomando como base la pronunciación del griego actual.
Las transliteraciones del griego a otros idiomas (o de otros idiomas al griego), así como las onomatopeyas o las palabras cuya morfología está constituida onomatopéyicamente, suelen ser, por lo general, los argumentos de muchos neo-erasmistas (sería mejor usar el término "teóricos reconstructivistas" o "erasmistas sofisticados", para no darles innecesariamente un carácter de secta). Se me ocurre pensar en el concienzudo trabajo de William Sidney Allen, "Vox Graeca". Su persistencia a ceñirse al modelo propuesto por los teóricos reconstructivistas hace que no tome en cuenta tanto los errores en las inscripciones y la pronunciación actual del griego como las transliteraciones, especialmente del griego al latín y viceversa, y el ya consabido "argumento de Cratino", según el cual la pronunciación de H es similar a la de E porque, en el fragmento 43.1 del cómico Cratino, aparece la onomatopeya del balido de las ovejas con H:
ὁ δ' ἠλίθιος ὥσπερ πρόβατον βῆ βῆ λέγων βαδίζει.
Traducción: Y el insensato marcha, diciendo como una oveja, BH BH.
Este fragmento fue objeto de numerosas controversias sobre la pronunciación de la H. Pero no hablaremos de esto aquí; no hoy, al menos.
Hoy vamos a hablar de las transliteraciones del griego al latín y del latín al griego. Lo que sostendré aquí es que muchas de las deducciones que se hacen en favor de la pronunciación de la H griega como E provienen de una mala interpretación de la fonética del latín.
Es necesario remarcar que esta fuente es de índole totalmente secundaria y su capacidad de aportar datos fidedignos es mucho menor que la de las inscripciones o los papiros. Pero tal vez ayude a disipar malentendidos.
Lo demostraré del siguiente modo.
Teoría 1.
1. A. La ITA (sonido largo según Dionisio de Tracia al menos) sonaba como una IOTA (sonido que podía ser largo o breve según Dionisio de Tracia al menos).
H = IOTA (“LARGA”).
Aquí nos estamos basando meramente en la pronunciación del griego actual (Wilhelm Brandenstein, en su "Lingúística griega" confirma esta similitud desde el siglo IV a. C., aunque Caragounis la sitúa ya en el siglo V a. C.)
1. B. La ITA (sonido largo según Dionisio de Tracia al menos), al menos a partir de que los griegos escriben acerca de los romanos, sonaba como una I larga latina.
H = I LARGA
Prueba.
Transliteración del griego al latín: muchas palabras griegas son transliteradas con frecuencia a favor del itacismo. Así, eleison, ephimerus por ἐλέησον, ἐφήμερος.
Transliteración del latín al griego: En una búsqueda realizada en el TLG (Versión E), la palabra Scipio se encuentra en 80 ocasiones (algunas en Plutarco) transliterada como Σκηπίων.
1.A.A: La I larga latina y la IOTA (por lo menos considerada como larga) suenan iguales.
IOTA (“LARGA”) = I LARGA
Prueba.
Transliteración del latín al griego: La palabra Scipio suele transliterarse como Σκιπίων.
Corolario de Teoría 1 B y de 1.A.A:
Del latín al griego: Si a partir de la transliteración de una misma letra I nos confundimos si poner ITA o IOTA, entonces ITA e IOTA sonaban igual. Lo cual constituye una prueba de Teoría 1 A.
Posibles falsadores.
Del griego al latín: Θουκυδίδης es transliterado como Thucydides.
Según esto: la ITA sonaría como una E larga latina, y no como una I larga latina.
Esto nos lleva a elaborar la:
Teoría 2.
2. A. La E larga latina sonaba, POR LO MENOS, aproximadamente igual a una ITA (sonido de la teoría 1).
Con esto explicaríamos el falsador de la teoría 1.
Prueba.
Del latín al griego: La palabra Lucretius suele transliterarse como Λουκρήτιος (se registra en 83 ocasiones, realizando una búsqueda en el TLG E).
Del latín al griego: Cornelius es transliterado como Κορνήλιος. No se hallaron errores.
Por deducción:
2. A. A. E LARGA al menos ≅ IOTA (“LARGA”)
2. A. B. E LARGA al menos ≅ I LARGA
Prueba de 2.A.A.
Transliteración del griego al latín: La palabra Lucretius es transliterada en 8 ocasiones como Λουκρίτιος en el TLG E.
Corolario de Teoría 2 A y de 2.A.A:
Probamos nuevamente Teoría 1 A (ITA = IOTA) porque, si a partir de la transliteración de una misma letra E nos confundimos si poner ITA o IOTA, entonces ITA e IOTA sonaban igual.
Prueba de 2.A.B:
La confusión entre E larga e I larga latinas es muy, muy, clara. Abundan los ejemplos. Mencionaré algunos.
El acusativo plural de la 3º declinación es en -is o en -es (vieja forma de los parisílabos: -eis (diptongo)). Nada se dice de los imparisílabos. Lo cual podría dar a entender una confusión entre E LARGA e I LARGA.
Phileteus/Philiteus; riciniatus/reciniatus; detuli/ditul- (CIL 10.2752, citado en Oxford Latin Dictionary); deverbium/diverbium; designator/dissignator, derigesco/dirigesco (en manuscritos, citado en Oxford Latin Dictionary), dilibutus/delibutus; Diomedeus/Diomedius
P(ublius) Cornilius(!) P(ubli) l(ibertus) / Diphilus / Castlosaic CIL II 3294 (p 949) = CILA III, 128
Pompeia (adjetivo femenino de Pompe-i-us) se lo translitera con ITA IOTA (no diptongado; sonido doble I) o con EPSILON IOTA (diptongado, es decir, sonido I).
Caes 10.8.2 to Caes 10.8.2 Πομπηία (con diéresis entre H e I, o sea, no diptongado)
Otros ejemplos: devulsi, devulsus/divulsi, divulsus; deversus/diversus; devello/divello.
Si fuera como los erasmistas dicen, ¿por qué Lucretius no era transliterado por Λουκρέτιος??
Esto nos lleva a refutar algunas de las observaciones que W. S. Allen realiza en su Vox Latina. Allen ha publicado primero en 1965 su Vox Latina y en 1968 su Vox Graeca. En Vox Latina Allen sostiene que la E larga del latín se acerca mucho a la I breve, pero que difiere claramente de la I larga. Pero esta afirmación, salvo la referencia a Terentianus Maurus, no es justificada, ni con inscripciones, ni nada. La historia de la lengua latina, en lo que hace al intercambio ¿cualitativo? fonético de E larga a I larga, nos dice lo contrario.
Lindsay (1963, The Latin Language, pp. 22 y 29-30) justifica las confusiones ortográficas de E larga e I larga latinas como confusiones que pueden ser "una pronunciación de I por E", "inscripciones dialectales" o "meros errores", y dice que no es fácil de decidir cuáles de estas confusiones representan un grupo u otro. Ahora bien, si las confusiones se debían a querer utilizar la etimología correcta de la palabra o querer utilizar el prefijo correcto (por ejemplo, de- por dis-), había una confusión fonética que sería subsanada por el examen concienzudo sobre el dialecto o sobre la etimología de la palabra en cuestión. El propio Lindsay lo dice en p. 225: "The spellings Cornilius, Aurilius prove the affinity of Latin E (larga) with an i-sound before a syllable with y".
Con esto podemos observar que el testimonio de las transliteraciones no es tan fidedigno como parecería a algunos neo-erasmistas. Y que el problema no se halla tanto en la fonética griega como en la fonética histórica latina.
Fin de la demostración.
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